Todavía oigo tu risa.
Y mientras se me hace el puto nudo de siempre en la garganta.
Ven, cójeme, mira cómo toco la armónica para tí, como hago siempre, donde siempre, donde más cerca de tí me siento.
Sitio fúnebre, en realidad, pero tiene un algo. Sé que ahí también puede ser que esté mi fin. Opción barajable.