sábado, 9 de abril de 2011

Decidí.

Y resulta que ya no tengo hogar, ni casa, ni nada de nada.
No pertenezco a nada ni a nadie. Tú misma me lo recordaste ayer.
Es cierto. Tampoco quiero. Sólo quiero amar a la gente que realmente me importa.
No busco su aprobación, sólo sé que los amo, y qué profundamente, joder.
He aprendido muchas cosas últimamente, como que el odio lleva a al amor finalmente.
Al amor obsesivo. Y tú eres el mejor ejemplo.